Editorial de El Mercurio: Pesca en alta mar

Editorial de El Mercurio: Pesca en alta mar

Por otra parte, admitiendo la situación crítica en que se encuentran varias pesquerías, la autoridad está impulsando medidas tales como recortar drásticamente la cuota global, para permitir que las especies más sobreexplotadas puedan recuperarse, y fortalecer la fiscalización de los desembarques, particularmente del subsector artesanal, que tradicionalmente ha sido menos controlado.

Con todo, los esfuerzos a nivel nacional son insuficientes por sí solos para proteger recursos transzonales, como el jurel, que se desplazan dentro y fuera de la zona económica exclusiva. De hecho, una de las principales causas de la dramática escasez de jurel en mar chileno es el aumento de la pesca en el área adyacente de nuestras 200 millas que realizan barcos de banderas especialmente europeas y china. Así, las capturas chilenas de jurel vienen cayendo año a año, mientras las internacionales siguen la tendencia contraria.

En todo el mundo, la pesca en aguas internacionales se reglamenta mediante Organizaciones Regionales de Pesca (ORP), en las que los países ribereños y con actividad pesquera en determinada zona acuerdan medidas para la conservación de los recursos. Estas organizaciones se crearon generalizadamente hace décadas, pero la del Pacífico Sur, que concierne a Chile, recién está tomando forma. Las negociaciones concluyeron en noviembre del año pasado, pero hasta ahora esa convención sólo ha sido ratificada por Islas Faroe. La relativa tardanza en establecer esta ORP determinó en parte que los pesqueros internacionales se concentraran en la zona, y los recursos resultaran sobreexplotados. Hoy, para controlar el esfuerzo pesquero en el Pacífico Sur sólo rigen medidas interinas de carácter voluntario, algo a todas luces insuficiente. Chile deberá abogar en la próxima reunión de la ORP, en enero de 2011, por que se establezcan límites exigibles a las capturas de jurel de las flotas de los países miembros, y asegurarse de que la fiscalización sea adecuada. Asimismo, deberá hacer valer los derechos históricos del país en esta materia, lo que hasta ahora no se ha logrado cabalmente y que requerirá una diplomacia especializada y fortalecida. Sólo así los esfuerzos que se están haciendo a nivel nacional rendirán los frutos que todos esperan.