Trabajadores industriales de naves de cerco advirtieron que nueva medición de las 5 millas pone en riesgo 65 mil empleos
A juicio de Juan Carlos González, presidente del Sindicato de Capitanes de la Región del Biobío, la mayor preocupación pasa por la indicación aprobada en la Cámara de Diputados que cambia la forma de medir las 5 millas, imponiendo la tesis de las puntas más salientes. Esta situación, puntualizaron, afecta a la pesca industrial en general (peces y crustáceos demersales y pelágicos), de la que dependen más de 65 mil empleos, y en particular a la de sardina. “Nos deja fuera de las zonas donde se mueve esta especie, asociada a la plataforma continental, perderemos caladeros históricos en que hemos desarrollado nuestra actividad por más de 60 años”, subrayó González.
Por su parte, Hugo Roa, director del Sindicato Interempresas de Tripulantes de la Región del Biobío y consejero nacional de pesca, criticó la indicación, pues aseguró que generará “graves consecuencias” para los trabajadores de la industria pesquera. “Significará prácticamente la muerte de la pesca industrial de sardina, dejando a cientos de tripulantes de flota de cerco desempleados”, subrayó Roa.
El dirigente explicó que al perder gran cantidad de zonas de pesca, las empresas deberán pedir a los pescadores artesanales que capturen el porcentaje de cuota que estas dejarán de pescar, abaratándose costos para las compañías. “Y los más afectados seremos los tripulantes de los barcos industriales. Además, en forma artificial, los artesanales van a crecer para poder capturar la cuota de la industria y se precarizará el empleo”, expuso Roa.
De igual manera, destacó que los tripulantes requieren de un fondo de estabilización social que se destine a jubilaciones, proyectos de emprendimiento, y capacitación. Por esto, solicitaron al gobierno, a través del Congreso, que defina los recursos para esta iniciativa que va, a su juicio, en directo beneficio de los trabajadores de la industria.
También se mostró contrario a la licitación de cuotas por considerar que es entregar la pesca chilena a empresas extranjeras. Roa explicó que 22 países han optado por el sistema de cuotas individuales transferibles asignadas por historia; mientras que las subastas se han incorporado solo en Rusia y Estonia, donde al poco tiempo se descontinuaron debido al fracaso que significaron. “Mientras que en Chile, en las cuatro especies nuevas que fueron subastadas las cuotas se concentraron y en tres de ellas se ha terminado con el recurso en veda”, argumentó Roa.
Finalmente, recordó que la mesa pesquera fue un compromiso del gobierno con el mundo pesquero para ponerse de acuerdo en el fraccionamiento, a cambio de no licitar. “Sin embargo, el Ejecutivo sigue insistiendo en ello”, criticó.
