Reglas para un sector pesquero eficiente
Se favorece licitar por plazos fijos para fomentar innovación y competitividad. Tratándose de actividades ya funcionando, lo más probable es que cueste más la inseguridad en la propiedad que cualquier otra ventaja. Se argumenta que con cuotas por 10 años las inversiones se amortizarían. Se desconoce que muchos procesos productivos requieren inversiones continuas. Las cuotas que se extinguen limitan al emprendedor a invertir sólo al comienzo. Pero se olvida que no sólo hay que invertir en personas y equipamientos para pescar sino también para transformar el insumo creando marcas, redes internacionales y mucho valor por encima de la pesca.
La precariedad de los derechos de pesca en Chile convierte al sector en uno de alto riesgo político para invertir. Los permisos otorgados desde principios del siglo XX son cuestionados generándose un desarrollo insuficiente que no maximiza el valor agregado potencial. Es materia de jueces y juristas determinar la solidez de estos derechos y su cuantía. Como economista constato que bajo un esquema de licitaciones de cuotas extinguibles la solución puede ser cara para el país, porque no se optimiza el valor agregado y, para el Estado, porque puede terminar pagando más que lo que recauda.
No se otorgan nuevas autorizaciones de pesca desde 1991. Permitir nuevos entrantes sin aumentos de la biomasa comprobados sería cuestionable. ¿Es acaso injusto? Igual pregunta cabría analizando la colonización de un territorio donde se distribuyen tierras hasta coparlas. Muchos alegarán después por no captar terrenos. Eso lo corrigen luego los países cobrando impuestos a las utilidades. Así es hoy en la pesca industrial.
Que desde 1991 no se otorguen nuevos accesos a la pesca me permite concluir la falsedad de afirmaciones sobre regalos de pesquerías a partir de la ley del 2002 que promulgó el Presidente Lagos. Además, esa ley subió a más del doble las patentes a los industriales, llegando a 6% del valor de las capturas en el 2009. Esto constituye un royalty adicional a los demás impuestos del sector.
Es falso hablar de rentas regaladas. La ley extrae rentas específicas de la pesca industrial. Los tributos siempre pueden ser más eficientes. Su ventaja sobre una licitación es evitar la judicialización que se produciría al quitar cuotas a artesanales e industriales. Diferente sería licitar nuevas pesquerías o excedentes cuando crezca la biomasa.
Se puede concordar o no con el cómo Chile y el resto del mundo han dado acceso a la explotación de ciertos recursos en etapas iniciales de precio cero. Hoy en día esas autorizaciones valen dinero y seguramente no será gratis para el Estado desconocerlas.
Corresponde dotar a la pesca de las mismas reglas que el resto de la economía para maximizar su valor agregado y pedirle tributar según criterios de equidad y eficiencia.
Jorge Rodríguez Grossi Ex ministro de Economía (2001-06), decano Economía y Negocios, U. Alberto Hurtado.