Mitilicultura chilena: Análisis de la situación actual y perspectivas futuras
Fortalezas
Tecnología de cultivos conocidas: Desde el punto de desarrollo tecnológico, existe un buen nivel de conocimiento. Si bien es cierto que en sus comienzo, la mitilicultura chilena adoptó los sistemas de cultivos tradicionales usados en España (bateas o balsas), su crecimiento como una actividad acuícola netamente productiva está asociada a la implementación de los sistemas de líneas madres (conocidos como long-line) simples o dobles que permitió un mejor usos de la superficie de mar de la concesiones marinas. Junto con ello, se pasó del sistema de cuelgas simples con largos acordes con las profundidades disponibles en los centros de cultivos, a la modalidad de cuelga continua (“loop”) que permite un proceso más continuo, tanto en la siembra como en la cosecha, usando maquinaria que aumenta la eficiencia de ambos procesos. Además, en años recientes se ha experimentado con la introducción de otras tecnología, de origen noruego, que en lugar de líneas madres y cuelgas, utiliza largos tubos de mangueras flexibles que actúan al mismo tiempo como soportes y flotadores, de los cuales se cuelgan paños de redes para tener los animales en crecimiento formando una pared en lugar de un cilindro, como es el caso de las cuelgas. Este último sistema, podría ser mejor en centros de cultivos en áreas más expuestas a corrientes y oleajes, pero se requiere de adaptaciones tecnológicas de fondeo o anclaje de acuerdo a las condiciones locales.
Existencia de una industria procesadora moderna establecida y con demanda por materia prima: En el último quinquenio hubo un crecimiento significativo del número de plantas conserveras y/o procesadoras derivadas del aumento de la producción del mejillón chileno, cumpliendo la mayoría de ellas las exigencias para la exportación de sus productos los mercados europeos y de norteamérica.
Avances en los estudio genéticos y ecofisiológicos: Bajo la premisa de diversificar la mitilicultura nacional, se ha fomentado el estudio de nuevas especies por cultivar y/o llenar los vacíos del conocimiento en la biología del mejillón chileno, lo que ha generado un avance notable en los aspectos genéticos y ecofisiológicos no sólo de esta especie, sino también de otros mitilidos (choro zapato, choro araucano) con grandes perspectivas para el desarrollo y crecimiento de sus cultivos.
Destacan en este aspecto, los estudios de selección de familia en el caso del mejillón chileno (Mytilus chilensis), para mejorar algunas características importantes en las evaluaciones técnico-económicas (e.g., crecimiento más rápido, mejores rendimientos en plantas procesadoras, resistencia las mareas rojas); producción de semillas genética modificadas (caso del mejillón chileno); producción de semillas triploides (caso del choro zapato); y cambios en la coloración del tejido gonádico mediante aplicaciones biotecnológicas (caso del choro zapato).
Acá se destacan los avances en la identificación taxonómica con marcadores moleculares, de las mitílidos endémicos, mejillón chileno, choro zapato (Choromytilus chorus) y cholga (Aulacomya atra) lo que permite su precisa identificación en estudios de trazabilidad a lo largo de la cadena de producción. Mención especial se puede hacer del caso del mejillón chileno, que gracias a la aplicación de estos protocolos biotecnológicos es certificado como una especie válida dentro de los mitílidos, diferentes de los mejillones clásicos en la literatura científica y mercados internacionales, como son el Mytilus edulis, Mytilus galloprovincialis y Mytilus trosulus.
Estudios de producción de semillas a nivel piloto: Aun cuando las semillas que son requeridas para el cultivo del mejillón chileno es totalmente proveniente de los bancos naturales, se han generados varios estudios de producción a nivel piloto de semillas en sistemas controlados o criaderos (hatchery), como es la caso del mejillón chileno, choro araucano y choro zapato, demostrando la factibilidad técnica de este proceso con generación de protocolos transferibles al sector mitilicultor. Si bien es cierto que por el momento las evaluaciones económicas de estos procesos, indican que no son rentables al compararlos con el precio de colectores provenientes del medio natural, el contar hoy con esta tecnología en una fase piloto, es un gran avance para la futura demanda de semillas mejoradas genéticamente.
Oportunidades
Entrada en nuevos mercados: En los últimos años, el mejillón chileno se ha consolidado en los mercados europeos, desplazando en algunos casos al mejillón gallego (M. galloprovincialis) lo cual facilita el incrementos de las exportaciones al existir canales de comercialización ya establecidos y probados. Lo mismo puede ocurrir, con el mercado norteamericano, donde el principal competidor actual es el “mejillón verde” (Perna canaliculus), pero con una agresiva campaña de mercadeo (por ejemplo, con la modalidad de “media concha”) se podría abrir nuevas líneas de comercialización.
Cultivos expuestos en zona centro-norte: Por el momento, la mitilicultura nacional está focalizada desde las regiones de Los Lagos a Magallanes, tomando como base los espacios marítimos que cumplen las condiciones oceanográficas para la instalación de los sistemas de cultivos tradicionales. Sin embargo, con el incipiente desarrollo de tecnologías de cultivos en áreas más expuesta o netamente oceánicas, se podrían abrir nuevas alternativas de uso de superficies marinas para la mitilicultura no consideradas hasta hoy, como podría ser las costas de las regiones de Coquimbo y Biobío. Es factible que con cambios en el diseño, resistencia y flotabilidad de los sistemas de líneas madres, se pueda soportar oleajes y corrientes más fuertes, típicas en ambientes costeros expuestos.
En el caso de la Región de Coquimbo, las mismas condiciones ambientales que permiten el cultivo de ostiones, hoy también pasando por un período de crisis por razones de competencias en los mercados internacionales, son adecuadas para el cultivo de mejillones.
Potencial de integración de nuevas especies a la mitilicultura: Hasta hoy, la miticultura nacional está basada casi exclusivamente en el mejillón chileno conocida como “chorito chileno” a nivel nacional o “mejillón chileno” en los mercados internacionales. Sin embargo, también se podría potenciar y masificar los cultivos del choro zapato, de la cholga y del choro araucano. El cultivo masivo del choro zapato no se ha desarrollado por el problema que hay en el mercado de consumo directo y de conservas, con el color café oscuro de las hembras, que genera un rechazo por parte del consumidor. Como la proporción en los bancos naturales entre machos y hembras es de 1:1, lo mismo ocurría en los cultivos quedando el 50% de la producción sin demanda en los mercados consumidores. Esta situación puede ser en gran medida solucionada, si se masifica el uso de semillas triploides de choro zapato, que en un 70-80% genera hembras con un color gonadal modificado hacia un color café muy claro, casi idéntico al color de la gónada de los machos y por lo tanto aceptable para el consumidor.
En el caso de la cholga, estudios preliminares y observaciones empíricas en terreno, indican que su tasa de crecimiento es menor que los otros mitílidos, alcanzando tallas de cosechas (5-6 cm) en más de 24 meses comparado con 18 meses del mejillón chileno y 12 en el choro zapato. Sin embargo, este recurso tiene una interesante demanda en los mercados de consumo en fresco, y bien vale la pena realizar estudios de cultivos pilotos dirigidos a disminuir su tiempo de crecimiento y cultivo, mediante mejoramiento de las tasa de crecimiento y/o manejo de las densidades de cultivos.
Producción de semillas genéticamente mejoradas en sistemas controlados: en los últimos años, se ha incrementado las investigaciones de producción a n nivel piloto de semillas del mejillón chileno, choro zapato y choro araucano, con resultados muy auspiciosos que llevan pensar que se podría pasar de la escala piloto a escala masiva en un corto plazo. Aun cuando el abastecimiento de semillas no se ha transformado hasta ahora en un punto crítico en la cadena de producción, hay antecedentes que este problema se puede potenciar en un futuro mediano. Hoy existe a nivel nacional, un adecuado conocimiento de los protocolos de producción de semillas, situación que no ocurre aún en otros países relevantes en la mitilicultura mundial, como son España y Nueva Zelanda cuyas producciones están basadas totalmente en la colecta de semillas en los bancos naturales.
Nuevos usos en farmacología: Los mitílidos están destinados principalmente para abastecer la demanda por productos gourmet en los mercados internacionales; sin embargo, su composición bioquímica especialmente en la fase de plena madurez gonádica ofrece interesantes oportunidades de prospección por compuestos y/o molécula que tengan una función relevante en la fabricación de fármacos o productos terapéuticos, como ocurre con el mejillón verde (P. canalículus) que es usado para la fabricación de productos antiartrósis, especialmente en Nueva Zelanda. Recientemente, este mismo producto comenzó a ser ofrecido en las farmacias nacionales. Curiosamente, el comienzo del cultivo de esta especie en dicho país, fue con el objetivo de generar materia prima con esta finalidad, pero posteriormente, se derivó hacia el mercado gourmet.
En la fase de cosecha, los mitilidos presentan una masa gonádica que representan más del 85% del peso total húmedo de los tejidos vivos, dado que el tejido muscular (borde del manto, músculos aductores y pié) es prácticamente insignificante desde el punto de vista del rendimiento en carne. Otra fuente potencial de materia prima para aplicaciones químicas industriales son los filamentos del biso, constituidos por proteínas polifenólicas que se solidifican en contacto con el agua de mar, después de haber sido secretadas en la glándula respectiva.
Debilidades
Nuevas formas de procesamiento: Hasta el momento, la elaboración de los mejillones en Chile es en las formas tradicionales de fresco, fresco congelado, cocido congelado, en conservas (en agua o aceite), siendo esta última forma la más común. Hay intentos de darle mayor agregado al producto, tal como “media concha” o ahumado en aceite, pero estos procesos aumentan los costos de producción frente a un mercando restringido temporalmente por las consecuencias de la crisis económica mundial. Por el momento, no se visualiza innovaciones en este sentido.
Nuevos requerimientos de sanidad: Los acuerdo internacionales de libre comercial y de inocuidad alimentaria a los cuales Chile se ha suscrito, obligan a adoptar exigentes normas y protocolos de sanidad en el proceso de producción de los mejillones, tal como el Programa de Sanidad de Moluscos Bivalvos (PSMB), en el caso que la producción vaya el mercado de exportación. Esta situación pone restricciones en cuanto a la calidad de aguas usadas para establecer centros de cultivos y el cumplimiento de estas normas requiere de servicios especializados de monitoreo en los centros que incrementan los costos de producción, que en muchos casos los productores pequeños o medianos no pueden solventar.
Evaluación de impacto ambiental: Otra materia que requiere de más atención, es la evaluación más precisa del impacto ambiental en los fondos marinos que significa la constante caída de material particulado proveniente de las abundantes fecas generadas por los mitilidos en su alimentación con fitoplancton marino. Todo este material, muy rico en materia orgánica y desechos metabólicos genera sedimentos de fangos anóxico sobre el fondo marino que trae como consecuencia una disminución de la biodiversidad del ecosistema afectado.
Nuevas especie en los cultivos: Mientras que la “acuicultura marina” chilena es prácticamente sinónimo de “salmonicultura”, la mitilicultura es en realidad sólo cultivo del mejillón chileno. El desarrollo y crecimiento de una actividad de acuicultura masiva basada en un sola especie conlleva asociada un alto riesgo de sustentabilidad, al favorecer al surgimiento inesperado y violento de brotes infecciosos que pueden diezmar totalmente el cultivo. Situaciones de este tipo, paralizan la producción generando crisis económicas y sociales difíciles de paliar. Por lo anterior, es conveniente diversificar la matriz de especies que sustentan la mitilicultura.
Programación de la producción: el crecimiento exponencial de la mitilicultura chilena en el último quinquenio, correspondió a una respuesta oportunista frente al aumento de la demanda internacional asociada a un crecimiento económico con bases muy débiles, que recurrió más bien a la especulación financiera más que a la inversión de de capital. Como tal, la mitilicultura chilena se lanzó a aumentar la oferta del mejillón chileno a través del establecimiento de nuevos centros de cultivo y aumento de la densidad de cultivo de los ya existentes. Como consecuencia, este crecimiento inorgánico, masivo y acelerado tuvo una brusca caída por los vaivenes de la economía mundial, con efectos perniciosos hasta la actualidad. Esta experiencia indica la conveniencia que las producciones de mitilidos sean programadas con miras de mediano y largo plazo, ojalá en forma asociativas, y tratando de mantener la reglas del juego de la economía de mercados.
Falta de información para policultivos: Otros aspecto en la mitilicultura chilena que presentan debilidad en su desarrollo, es el conocimiento científico y tecnológico de alternativas de policultivos tomando como eje el cultivo de mejillones, integrando especies que puedan hacer uso de la energía disponibles en los diferentes niveles de la cadena trófica, estableciendo procesos de cultivos alternativos dentro del mismo centro de cultivo con la finalidad de generar fuentes extras de ingresos que ayuden a la sustentabilidad del mismo.
Falta de información sobre la interacción salmonicultura-mitilicultura: un tema recurrente en el análisis del desarrollo de la mitilicultura es la posible interacción con la salmonicultura. Existen pocos antecedentes científicamente válidos que permitan determinar si esta interacción es positiva o negativa, más allá de la competencia por el espacio marino. Los argumentos que cultivos de mitilidos en las cercanías de jaulas de salmones serían beneficiados por una mayor disponibilidad de material particulado (alimento de salmones) proveniente de las jaulas, además de una mayor disponibilidad de fitoplancton por la eutrofización del ambiente por los aporte catabólicos de los salmones, no han sido suficientemente demostrados. Se requiere de estudios en terreno a nivel de mesocosmo con parámetros bajo control, para verificar esta hipótesis.
Captación de semillas solo desde el ambiente natural: Actualmente, el grueso de la oferta de semilla proviene de centros de captación en el área de Seno de Reloncaví, dado que antiguos bancos abastecedores, como el área de Yaldad, están agotados y con muy mala captación, tanto por el bajo número de semillas o por la gran fijación de especies competidoras (e.g., ascidias, esponjas, cholgas, choro zapato). Esta dependencia del ambiente natural, con sus variaciones ambientales muchas veces impredecibles, apoyan la necesidad de iniciar experiencias masivas de producción de semillas en sistemas controlados o criaderos, con la finalidad de dar seguridad en el abastecimiento de las semillas.
Amenazas
Inestabilidad de los mercados: La mitilicultura chilena siempre estará dependiendo de los vaivenes de los mercados internacionales por los productos gourmet dado que el destino de la producción va este tipo de demanda comercial. Por ello, cualquier período de depresión internacional tendrá directo efecto sobre las exportaciones de mejillones en sus diversas formas.
Desconocimiento de enfermedades: Un punto de gran debilidad y riesgo para el crecimiento sostenido de la mitilicultura chilena es gran desconocimiento que existe sobre las patologías que atacan este tipo de acuicultura marina. Son varios los ejemplos en la acuicultura mundial de cómo el aparecimiento repentino y muy difícil de evitar de patologías bacterianas y virales pueden diezmar centros de cultivos por años o décadas. En el caso chileno, prácticamente nada se sabe de las potenciales enfermedades que pueden afectar los cultivos de mejillones, ni menos de cómo poder enfrentar etas situaciones masivas y de rápida propagación. Además, es conocido que este tipo de pestes, una vez que se suceden, son casi imposibles de erradicar, debiendo los productores aprender a vivir con ella, más que eliminarlas. Por otra parte, la tendencia a la masificación de los cultivos, con características de ser monoespecífica en cuanto al recurso cultivado, son un factor que favorece en gran medida la ocurrencia de este tipo enfermedades.
Problemas de las mareas rojas: La ocurrencia de brotes de mareas rojas que afectan regularmente diversas áreas de cultivos de mitilidos, con la consecuente prohibición de su comercialización, es un problema imposible de predecir aun cuando existen estudios que han pretendido buscar en el análisis de matrices de parámetros oceanográficos si existen algunos patrones estacionales o circunstanciales que pudieran permitir pronosticar estos eventos oceanográficos. Desgraciadamente, hasta la fecha estos posibles índices no han sido determinados ni menos validados.
Competencia en los mercados internacionales: La mitilicultura chilena ha mostrado una gran fuerza para penetrar mercados internacionales, como ha sido en Europa donde se ha ganado terrenos con respecto al mejillón gallego (M. gallopronvincialis). Sin embargo, en el mercado norteamericano (EEUU) la posición del mejillón verde (P. canaliculus) sigue fuerte. A lo anterior, se debe agregar la campaña de los mitilicultores españoles por obtener ciertas ventajas que obtendrían al solicitar una “Denominación de Origen Protegida” para el mejillón gallego bajo el supuesto de una mejor calidad de este productos frente a la competencia del mejillón foráneo, especialmente, el importado desde Chile. Un caso aparte, es la competencia que significa la oferta de la producción china de mitilidos, que por su volumen y menores precios, muchas veces a expensa de menor calidad y controles sanitarios menos exigentes, bajan los precios de oferta en los mercados internacionales.
Cierre de mercados por verificación de especies: El problema de competencia en los mercados internacionales podría ser acotado si se aplican las normas internacionales de trazabilidad en la producción de alimentos para consumo humano. Esto está asociado con el mejoramiento de los métodos genéticos con aplicaciones de protocolos de biología molecular, que permiten identificar con precisión el nombre científicos del recursos usado como materia prima en las diversas formas de procesamiento para el consumo humano. En el caso de mejillón chileno, existe un protocolo determinado por investigadores españoles con financiamiento de la propia industria conservera española que identifica a esta especies de las otras más comunes en el mercado internacional de mitilidos, como son el mejillón gallego o del meditarráneo, el mejillón azul (M. edulis)y el mejillón de aguas frías (M. trosulus).
Recientemente, se estableció una demanda judicial en España, al comprobarse que un parte importante de la producción conservera de mejillones que era etiquetada como mejillón gallego, correspondía en realidad al mejillón chileno. Pero, esta situación era conocida y aceptada en el sector mitilicultor nacional, dado que una parte importante de las exportaciones a España se hacía en la forma de congelado de carne de mejillones a granel, lo cual facilitaba su uso como materia prima para las conservas españolas.
Falta de alimentos por sobrecargas de ecosistemas: En los últimos años, el sector mitilicultor nacional ha observado una noble reducción en los índices de rendimiento del producto en las plantas conserveras, debido a un menor peso de carne a una misma talla de cosecha. Esta situación se ha sido relacionada a la baja disponibilidad de alimentos en los diversos centros de cultivo, lo que ha impedido a los mejillones obtener las energía necesarias no solo para crecer, sino que fundamentalmente para engordar, dado que en la fase de cosecha, casi todo el tejido vivo es gónada que requiere acumulación de lípidos y otros materiales energéticos para su crecimiento. Se ha formulado como una posible explicación de la ocurrencia de estos bajos rendimientos, la falta de fitoplancton en el medio marino como alimentos para los mejillones, por alguna causa oceanográfica.
Sin embargo, la explicación más plausible sería la excesiva sobrecarga de los ecosistemas marinos con organismos esencialmente filtradores en su alimentación, lo que proporcionalmente reduciría drásticamente la cantidad de alimentos disponible para cada individuo. Esta situación, producida por el crecimiento inorgánico y acelerado de la mitilicultura nacional en los últimos años, 214 mil toneladas en 2010, según Sernapesca, ha generado que muchas de la producción esté aún en las líneas de cultivo, generando un efecto “tipo dominó” negativo sobre la demanda de semillas provenientes de los centros colectores.
Competencia de concesiones con salmonicultura: Otro aspecto que aparece como una amenaza para la sustentabilidad y crecimiento de la mitilicultura nacional, es la competencia por el espacio y columna de agua para establecer concesiones de cultivo de mitilidos en competencia con los espacies marinos para la salmonicultura. Ambas actividades requieren prácticamente de las mismas condiciones ambientales, oceanográficas y de borde costero para su desarrollo. A pesar que hay situaciones conocidas de convivencia de ambos tipos de cultivos, no ha suficiente información científico-técnica que demuestre que esta situación sea de mutuo beneficio, persistiendo las argumentos que no son compatibles en las mismas áreas marinas.
Ideas para el desarrollo y crecimiento sustentable de la mitilicultura chilena
De acuerdo al análisis anterior, es necesario realizar un esfuerzo conjunto y asociativo por parte de los distintos actores relacionados con la mitilicultura nacional para asegurar la sustentabilidad de esta tradicional actividad de la acuicultura nacional. Algunas ideas a considerar en un posible plan de acción, podrían ser las siguientes:
Estudios de la enfermedades: Es urgente iniciar un programa de investigaciones sobre las patologías más factibles de atacar a los centros de cultivos de mitilidos, con la finalidad de conocer sus síntomas y poder tomar medidas preventivas que eviten los riesgos de ocurrencia de alguna enfermedad que podrían diezmar los cultivos.
Planificación sectorial de producción: Otra medida, difícil de lograr por los intereses individuales, es buscar alternativas de una planificación sectorial de la producción para evitar la sobreoferta de materia prima. Aunque esta opción es complicada por la tendencia a la integración vertical de la producción del mejillón chileno, especialmente por las grandes empresas que entraron en los últimos años al sector y la falta de una mayor asociatividad de parte de los mitilicultores pequeños y medianos, vale la pena hacer el esfuerzo.
Definir áreas apropiadas para la mitilicultura (AAM): Otros aspecto que requiere de una decisión ojalá consensuada, es definir las áreas de acuicultura más apropiadas para el desarrollo de la mitilicultura que no necesariamente deben estar en competencia con la salmonicultura respecto a la disponibilidad de los espacios marinos. Por ser los cultivos de mitilidos más estáticos y no requerir condiciones ambientales y cuidados o manejos diarios como la salmonicultura, es posible definir “barrios” para la mitilicultura.
Desarrollo tecnológico para cultivos en áreas expuestas: La demanda por los espacios costeros para la implementación de centros de cultivos de salmones o de mitilidos crea una competencia negativa entre ambas actividades; sin embargo, es factible optar por otros espacios marinos incluyendo la columna de agua que estén más afuera del borde costero; sin embargo, es necesario el desarrollo de innovaciones tecnológicas en cuanto a los sistemas de crecimiento y engorda más adecuados para esta actividad en condiciones de mayores oleajes, profundidades y corrientes marinas.