Industria pesquera comienza levantarse tras desastre

Industria pesquera comienza levantarse tras desastre

El caso más emblemático es el de las plantas pesqueras de la Región del Bío Bío, zona que concentra alrededor de un 4% de las capturas mundiales de pescado.

El epicentro del sismo se ubicó a menos de 100 kilómetros de Talcahuano y Concepción, una zona que concentra a plantas y oficinas de las empresas pesqueras más grandes del país. Las consecuencias en este sector productivo aún se están cuantificando. Lo que sí está claro es que la industria pesquera nacional sufrió un fuerte golpe. Según la Asociación de Industriales Pesqueros del Bío Bío, Asipes, el 90% de la capacidad instalada en la Octava Región resultó dañada y doce plantas presentan un severo deterioro en sus instalaciones, situación que afectaría principalmente a las comunas de Coronel y Talcahuano. Por ejemplo, de las nueve plantas de congelados que existen en la zona, hay cinco que presentan daños de consideración y cuya reconstrucción demoraría entre seis y doce meses.

En cuanto a las plantas que se especializan en la elaboración de harina de pescado, de las catorce que hay en la Octava Región, cuatro presentan destrucción severa o total y su reconstrucción tomará entre los seis y dieciocho meses, mientras que otras dos tienen daños importantes que tendrán paralizadas sus faenas por unos tres a seis meses.

En el área conservera, en el Bío Bío existen seis plantas, de las cuales una se encuentra con daños de mayor magnitud que requerirá unos seis meses de paralización. Con respecto a las doce instalaciones de descarga de pesca para las plantas industriales, tres sufrieron destrucción severa o total, seis presentan daños que requerirán entre uno y seis meses para su reparación. Finalmente, la industria pesquera de esa Región deberá reconstruir dos plantas de apanado y una de surimi.

A la destrucción provocada por el terremoto y posterior tsunami, también hay que agregar el daño producido por los saqueos. De acuerdo con estimaciones de la entidad gremial, éstos afectaron a empresas como Bío Bío, Camanchaca, El Golfo, Food Corp, Landes, Lota, San José y South Pacific Korp SPK.

Millonarias cifras para la reconstrucción

Ante tal situación de destrucción, la industria deberá invertir unos 300 millones de dólares en reconstruir su infraestructura, aunque también se habla de una cifra que podría superar ese monto. El proceso de reconstrucción tendría una duración de más de un año, mientras que el sector demoraría el doble de tiempo en recuperar en un 100% su producción en la Octava Región.

Según la Sociedad Nacional de Pesca, Sonapesca, en la Región del Bío Bío se procesa 1,8 millón de toneladas, capacidad de producción que quedó dañada en al menos el 50%. La entidad gremial estima que este año se dejarán de procesar unas 800 mil toneladas de jurel y anchoveta, además de unas 100 mil toneladas de merluza y de la pesca blanca.

Hoy las empresas están trabajando para maximizar la capacidad de producción lo antes posible y también se tiene contemplado enviar los barcos a otras plantas, ubicadas en otras regiones. Esto porque en el momento del terremoto la mayor parte de la flota pesquera industrial se encontraba al sur de Valdivia, por lo que en los puertos de la Región había una baja cantidad de embarcaciones.

Sin embargo, todavía hay varias plantas paralizadas.

Una de las empresas pesqueras que sufrió daños de consideración fue Pesquera Bío Bío. Las instalaciones con mayores daños fueron las de la planta de proceso de harina de pescado, que quedó con el 50% de su infraestructura destruida.

“La planta empezaría a operar a principios de julio”, indicó a Mundo Acuícola el gerente general de Pesquera Bío Bío, Jan Stengel.

Estamos haciendo las primeras pruebas para ver el estado de los equipos, tanto de proceso como de frío. Hemos tenido dificultades con el abastecimiento de agua potable lo que ha dificultado esta etapa. Creemos que podríamos estar operativos dentro de los próximos 15 días”.

Operar las plantas guarda relación con las instalaciones de descarga de los barcos. “Están con daños que se van a demorar más que las plantas. Esto último podría significar que a pesar que las plantas estén operativas, no tengamos descargas y no podamos abastecer las plantas con materia prima”.

Consultado sobre posibles despidos en la industria, Stengel enfatizó que “haremos nuestro mejor esfuerzo para que nuestros trabajadores se vean lo menos afectados respecto a su estabilidad laboral. Más aún, si somos capaces de hacer funcionar las plantas de consumo humano, incrementaremos la contratación de mano de obra en un número importante de trabajadores”.

Medidas para la industria

El ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, acompañado por el subsecretario de Pesca, Pablo Galilea, y representantes de Asipes, recorrió las algunas instalaciones de las empresas pesqueras más afectadas por el terremoto, ubicadas en Talcahuano.

Después de observar en terreno el estado de gran parte de las plantas de proceso de la zona, Fontaine recalcó la necesidad de agilizar la normalización de las faenas productivas y ayudar a los afectados, para lo cual mostró su voluntad para arbitrar las medidas necesarias. Declaró que el Gobierno está trabajando en una legislación de emergencia, aunque no entregó detalles.

Acerca de posibles pérdidas de empleo en la industria pesquera, el ministro señaló que aunque exista la disposición de las empresas por mantener a sus trabajadores, dicha situación tiene un límite soportable por las compañías, por lo que es indispensable generar un marco normativo que permita que la industria se ponga de pie lo antes posible.

El subsecretario de Pesca, Pablo Galilea, ya había anunciado en el diario Estrategia que se han elaborado una serie de propuestas reglamentarias y legales, que se están evaluando junto al Ministerio de Economía para su pronta implementación. “Tienen que ver con la inyección de nuevos recursos, y también con todo lo que sea eliminar trabas burocráticas para que efectivamente puedan invertir en la reposición de las plantas que están afectadas por la catástrofe. No es posible que Chile cumpla su meta de ser una potencia alimentaria mundial sin la pesca, ya que un 60% de lo que el país exporta en este sentido proviene de recursos del mar”, indicó Galilea al medio capitalino.