by Paulo | 2 marzo 2012 12:17 pm
Miguel Concha
Una menor disponibilidad de la especie y el límite máximo de extracción generaron la disminución. La menor cantidad obligó a las compañías a apostar por productos con un mayor valor agregado.
La crisis que vive la industria del jurel alcanzó su nivel más preocupante durante 2011.
El año pasado las capturas del principal recurso pesquero del país cayeron 49%, registrando un total de 222 mil toneladas desembarcadas, en comparación con las 433 mil toneladas del 2010, de acuerdo con las estadísticas de la Subsecretaría de Pesca (Subpesca).
Las bajas capturas derivaron en que las cantidades extraídas el año pasado no alcanzaran a cumplir la cuota global anual que fijó la autoridad para este recurso. Ésta establecía un tope de cerca de 280 mil toneladas entre los sectores industrial y artesanal.
Dicha situación provocó, en parte, que la subsecretaría del sector volviera a reducir el máximo de desembarques permitidos por ejercicio, reglamentando un tope de 230 mil toneladas para 2012. Dicha cantidad está en línea con lo que se extrajo el año pasado.
Pero no sólo los desembarques anotaron un fuerte descenso en 2011. La escasez de jurel trajo como consecuencia la disminución de su participación entre las especies pelágicas (que viven cerca de la superficie) extraídas en el país.
El informe que emanó Subpesca señala que en 2011 sólo el 9,3% de los recursos capturados correspondieron a jurel.
En 2010 dicho porcentaje alcanzó el 20%, y en 2009 se encumbró sobre el 30%, gracias a sus 822 mil toneladas extraídas.
Según Luis Felipe Moncada, gerente general de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), la reducción exhibida es consecuencia de la menor disponibilidad del recurso. El líder gremial agrega también el factor de la menor cuota, que restringió la operación de la industria nacional.
Pero no todas son malas noticias para el negocio del jurel. En la industria explican que la menor cantidad de capturas llevó a las empresas a apostar por elaborar productos con mayor valor agregado, que van dirigidos hacia el consumo humano.
Ejemplo de esta nueva tendencia fue el aumento de 12% en montos que registraron las exportaciones del recurso. Si en 2010 dicho monto totalizó los US$ 99 millones, el año pasado se registraron envíos por US$ 111 millones, pese a que bajó a la mitad la extracción.
“La industria se dio cuenta que la biomasa del jurel demorará varios años en recuperarse, por lo que se cambió fuertemente el modelo hacia productos que generaran mayores retornos”, afirma Moncada.
Otro dato. En la zona centro-sur, donde se desembarca la mayor cantidad de este recurso, el 85% del jurel trabajado se está destinando para el consumo humano. Es más: ya son varias las compañías que están invirtiendo en plantas procesadoras para la elaboración de este tipo de productos.
Pese al crecimiento, dichas cifras todavía siguen muy alejadas de los US$ 205 millones que llegó a recibir la industria en el año 2007 por concepto de exportaciones.
En ese ejercicio las extracciones totalizaron las 1,2 millones de toneladas.
Las críticas al cumplimiento de cuotas de Perú
Otra de las explicaciones sobre la baja cantidad de jurel disponible viene dada por las capturas sin restricción que están realizando varios países de la región. En la última reunión de la Organización Regional Pesquera del Pacífico Sur (ORP), el Gobierno chileno acusó a la industria peruana de no respetar los acuerdos alcanzados para disminuir las cantidades de jurel desembarcadas por año. Según Sonapesca, las compañías del país vecino capturaron 5,8 veces más que el volumen acordado por el comité científico de la ORP, perjudicando a la biomasa que llegó a Chile el año pasado.
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